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Una columna de opinión de Elizabeth Wagemann abordó los desafíos que enfrentan las ciudades chilenas ante la convergencia del cambio climático y el envejecimiento demográfico, planteando que ambos fenómenos ejercieron una doble presión sobre la salud pública, la equidad y la planificación territorial.
En su análisis, la Wagemann advirtió que el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de olas de calor se consolidaron como un problema estructural, al afectar la forma en que las personas habitan, se desplazan y participan en la vida social, con impactos diferenciados según edad y condiciones de vulnerabilidad.
La columna puso especial énfasis en el envejecimiento acelerado de la población chilena, señalando que la falta de planificación urbana frente al calor extremo se transformó en un problema de salud pública y de equidad, al limitar la autonomía, la movilidad y la participación comunitaria de las personas mayores.
En ese contexto, Wagemann cuestionó la viabilidad de promover un envejecimiento activo cuando las altas temperaturas dificultaron el acceso a espacios públicos, servicios de salud y actividades sociales, planteando la necesidad de repensar la accesibilidad urbana bajo escenarios climáticos adversos.
Finalmente, la académica UDP propuso examinar cómo el calor reconfiguró los patrones de movilidad y uso del espacio, identificando zonas de mayor riesgo y evaluando elementos construidos y naturales que influyeron en la decisión de salir de los hogares, como base para impulsar cambios en el diseño urbano y territorial orientados a una mayor inclusión y resiliencia.
Lee la columna en el siguiente enlace.