Marina Otero en FAAD UDP: “Cuando tratamos los territorios como algo abstracto no estamos poniendo atención a las vidas que se ponen en peligro por nuestras actividades”

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La arquitecta, investigadora y parte del Comité Asesor de Arquitectura y Diseño del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, ofreció una charla en la que abordó la propiedad del paisaje de ser archivos de información y memoria, el extractivismo en torno al litio y sus consecuencias en el territorio.

31 / 01 / 2024

“El paisaje y el archivo” es el nombre de la presentación que llevó a cabo Marina Otero en la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño UDP. La arquitecta, investigadora y curadora española que actualmente es parte del Comité Asesor de Arquitectura y Diseño del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, compartió su experiencia en torno a algunos de sus proyectos e investigaciones recientes, en los que aborda las complejas relaciones entre paisaje, infraestructuras tecnológicas y actividades extractivistas.

Otero parte de la base de que los paisajes y terrenos son archivos de memoria que almacenan historia e información, además de vida en sí mismos. Sin embargo, su concepción como tal muchas veces choca de frente con actividades que la humanidad lleva a cabo sobre ellos. “Los arquitectos y urbanistas muchas veces pensamos en la tierra como algo estéril. Desde arriba haciendo planos abstractos, como retículas, definiendo líneas de propiedad y arquitectura. Pensamos en el terreno como algo que tiene que soportar nuestras arquitecturas. Pero hola, el terreno está vivo. En una cucharada de tierra hay millones de microorganismos, entonces hay que ser conscientes de que cuando excavamos para extraer metales, o hacemos movimientos y transformaciones para desarrollos paisajísticos urbanísticos, estamos transformando esa vida”, plantea.

En el caso chileno, se refirió a la naciente industria del litio, y su impacto en el suelo y las comunidades atacameñas. “Como sabemos, el litio es fundamental para la industria digital. Atacama es uno de los lugares más ricos en términos de vida en el planeta. Está lleno de microorganismos que son fundamentales, lleno de seres que habitan ese territorio desde hace millones de años y muchas comunidades humanas y no humanas que tienen una relación simbiótica con él. Pero lo que pasa es que este paisaje se convierte, en este caso, en líneas de propiedad. A través de una retícula, también lo volvimos abstracto. Me parece que la manera en que extraemos, convertirlo en una retícula, nos hace olvidar que hay vida, nos hace olvidar quién habita, nos hace simplificar, de alguna manera, para poder intervenir en él”, argumenta.

La arquitecta también mencionó que actualmente en la zona se observan estructuras que responden a sistemas muy diferentes de relacionarse con el paisaje. “Hay tuberías de agua que van hacia las minas que extraen agua de uno de los lugares más secos del planeta. Y un canal de riego de las comunidades atacameñas que viven al lado. Es muy diferente la forma en que cuestionan el paisaje y territorio. Los atacameños utilizan el agua por turnos. Nadie la utiliza en un punto que no sea el suyo, ni nadie usa más que el otro porque sabe que puede dejar a alguien sin agua. Cuanta más agua usan las compañías mineras, menos agua usan los atacameños, y su paisaje, su vida y su historia se ven impactadas con ello”, relata.

En ese sentido, frente a la creciente industria relacionada con el litio y las empresas multinacionales requieren este recurso, Marina Otero concluye que “tenemos que ser conscientes del impacto que tiene construir nuestros sueños. Cuando tratamos los territorios como algo abstracto no estamos poniendo atención a las vidas que se ponen en peligro por estas actividades”.