Investigación de Elizabeth Wagemann aborda las complejidades que surgen cuando el espacio doméstico es también el espacio de trabajo
El análisis se aplicó en los barrios transitorios de emergencia construidos tras los aluviones de 2015 en Atacama (Chile), donde, para muchas familias, su hogar es también un lugar de generación de ingresos.
05 / 04 / 2024
Chile se encuentra constantemente expuesto a distintas amenazas de origen natural (terremotos, tsunamis, incendios, aluviones, etc), algunas de las cuáles han generado la destrucción de espacios urbanos y gran número de viviendas. Cuando un evento de estas características ocurre, un gran número de las personas damnificadas sólo pueden conseguir alojamiento a través de las viviendas de emergencia entregadas por ONGs o el gobierno de turno. Y en este escenario, Elizabeth Wagemann, directora Laboratorio Ciudad y Territorio UDP, desarrolló un estudio que analiza las complejidades que surgen cuando las viviendas destruidas eran además espacios de trabajo.
La investigación parte de la base de que, si bien las viviendas transitorias han mejorado en términos de calidad -a través de nuevos estándares-, los esfuerzos se han centrado en aspectos técnico-constructivos, y se han dejado de lado otras dimensiones, como el rol de las actividades de generación de ingresos dentro de estos espacios, su impacto en la recuperación y el significado que tiene la vivienda para las familias.
“La destrucción de viviendas durante un desastre tiene el potencial de afectar la forma en que muchas personas se ganan la vida, por lo tanto, restablecer los medios de subsistencia después de una crisis es una tarea clave (…). En este contexto, una vivienda adecuada después de un desastre puede permitir que las familias afectadas reinicien las actividades generadoras de ingresos, mientras que los ingresos provenientes de estas actividades pueden permitir que los hogares se recuperen de la crisis”, plantea el proyecto.
El estudio establece como objetivo general la comprensión del uso de las viviendas de emergencia como lugar de trabajo, así como también analizar la organización espacial de las actividades, sus características y usos por género y edad, el proceso de transformación de estas soluciones transitorias para acoger estas actividades, y el rol e impacto que logran en el proceso de recuperación de vivienda y medios de sustento. Para ello, el trabajo de investigación -que combina métodos de representación arquitectónica con métodos cualitativos de las ciencias sociales- se centra en los barrios de Tierra Amarilla (130 viviendas) y Diego de Almagro (252 viviendas) construidos en la región de Atacama después del evento hidrometeorológico de 2015.
Para más detalles sobre la investigación, puedes revisar los artículos publicados en las revistas Cities y Methodological Innovations.